Con la llegada de la primavera y el deshielo acechando una nueva ciudad se abre. Una nueva Montréal aparece. Los arboles florecen, los colores aparecen, las terrazas empiezan a montarse y la gente inunda las calles.
Llegué a esta querida ciudad el 2 de enero. Hacía -28º C. Todavía recuerdo mi llegada. Después de pasar un mal rato debido a la pérdida de mi equipaje. Ligero y cabreado salí del aeropuerto y pude sentir en mi cara como una ventisca fuerte de nieve y frío inundaba mi rostro. Advertido por mis padres y equipado completamente gracias a ellos, guantes, gorro, bufanda y ropa térmica ayudaban a solventar el frío. Una vez en el hotel, y después de una ducha por supuesto caliente, nos dirigimos a una especie de disco-pub para poder empezar a tomar contacto con los que formarían parte de nuestra aventura en compañía de unas gratas cervezas. De camino a ese pub, me acuerdo que lo único que no estaba tapado de mi cara eran mis ojos. Yo sólo seguía al que estaba delante porque todo lo demás que nos rodeaba era blanco. Montañas de nieve alrededor de aceras y carretera hacían del paisaje inimaginable..
Hoy, 13 de abril. Después de las visitas recibidas y no parar de hacer turismo por esta ciudad. Ahora que se ha ido la nieve, os puedo asegurar que la ciudad es completamente distinta. Pisar aceras sin nieve y ver lo que realmente había debajo de la nieve provoca que la sensación de asombro sea todavía mayor. Hemos estado con una capa superior a medio metro. Viendo recorridos típicos que hacíamos, he podido comprobar como he pasado por encima de bancos para sentarse, pivotes, vallas, papeleras, etc..
La verdad que es impresionante esta ciudad tal y como está ahora, y lo que le queda por vivir..Los numerosos festivales que se acercan (Jazz y Cine), además de la fiesta nacional (24 de junio) y sin contar con el gran premio de Formula 1..hacen que la primavera-verano se presente movidita. Se puede respirar en el ambiente. Máquinas y obreros trabajando para "volver a hacer" todo el asfalto de las carreteras, las aceras, etc.. Terrazas y terrazas resurgen de donde antes no había más que montañas de nieve, ves niños paseando por la calle, parejas en los parques, gente jugando a fútbol, en definitiva..vida.
Para que podáis comprobar a lo que me refiero, basta con ver esta foto sacada por nuestra querida compañera madrileña de aventura Begoña.
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