Hace poco más de una semana que he aterrizado en San Sebastián y la verdad que todo sigue practicamente igual a como lo dejé.
El viaje de vuelta fue un poco duro. Practicamente el 100% de los vuelos comerciales de Norte América a Europa se realizan por la noche para compensar el cambio horario. Este cambio supone una diferencia horaria mínima de 5-6 horas. A su vez, el tiempo mínimo que necesitas para cruzar el charco desde la parte más Este de dicho continente oscila entre 6 y 7 horas.
Para que os hagáis una idea. Mi vuelo salía a las 20:00 horas de un miércoles hora local en Montréal. La duración estimada del vuelo era de 7 horas. Es decir; para mi cuerpo, llegaba a París a las 3 de la mañana (hora local canadiense). Pero a esta hora, hay que añadirle la diferencia horaria que hay entre Montreal y París. En este caso 6 horas. Es decir. Llegué a las 9 de la mañana (hora local en París, Madrid, etc..). De ahí viene el famoso jet lag que te afecta sobre todo a la vuelta de Norte América a Europa trasnochando durante unos cuantos días hasta que tu cuerpo se vuelva a acostumbrar.
Por desgracia para mí, no soy capaz de dormir por las noches en un medio de transporte (avión, tren y autobús). No es la primera vez que hago un viaje de noche y la experiencia me dice que no. El viaje de vuelta se presentaba incómodo. Todo esto no sólo provoca el simple hecho de no descansar, sino que además cuando no duermo suelo estar de muy mala host**.
Mis amigos me animaron a que me tomara un Orfidal o algo parecido. Ellos lo usaban para dormir en los viajes y decían que funcionaba perfectamente. En cuanto me enteré que alguien tenía ese "medicamento" inmediatamente me puse en contacto con él y le pedí que me cediera uno. Me recomendaron que me lo comiese una hora antes de volar y así hice. La verdad que fue una sensación bastante buena en un principio pero que con la cena yo creo que se me pasó el efecto. Sí que dormí algo (los asientos eran bastante cómodos) pero no de la forma que decían mis amigos que te comías uno de esos y ni te enterabas.
En fin. A las 9 de la mañana, hora local en París aterricé. En busca de mi equipage y con unas 5 horas mal dormidas a mis espaldas me dirigí al "Baggage claim". La verdad que estaba bastante nervioso debido a que el aeropuerto de París es bastante famoso por su pérdida de equipaje. Es un aeropuerto enorme y bastante viejo (tiene sus partes renovadas también). Durante unos minutos lo pasé bastante mal. No paraban de salir maletas y maletas, la gente iba desapareciendo poco a poco y yo seguía sin ver ninguna. Todo, hasta que de repente allí estaban. En mi vida pensé que podía alegrarme tanto por ver una maleta. Para los que no se acuerdan, según llegué a Montreal, parte de mi equipaje se perdió en París..
Debido a que cambié el viaje de vuelta a otra fecha, mi vuelo París-Biarritz dentro de la misma tarifa que yo tenía en su día (cuando haces un cambio de vuelo, pagas una sanción, 100€ en mi caso y debe ser con las mismas tarifas y condiciones). En este caso, mi vuelo salía las 17:30 de la tarde y desde otro aeropuerto parisino; Orly.. Como comprenderéis, no me apetecía mucho esperar tantas horas (8 horas y media) en un aeropuerto para coger un avión que tardaría unos 40 minutos en hacer su trayecto. Decidí comprarme un billete de TGV. Entre una cosa y otra, llegaba más o menos a la misma hora pero prefería estar en camino, dentro de un tren sabiendo que cada minuto que pasa es un paso menos hacia mi casa y con la tranquilidad de poder dormir sin riesgos de robo o pérdida de equipaje. Conseguí dormir 3 horitas en el TGV y se me hizo bastante corto el viaje.
El abrazo con mis padres os podéis imaginar cómo fue..De allí tenía preparada ya una cena con unos amigos, al día siguiente otra y al siguiente otra..así hasta hoy como quien dice..