26 febrero, 2008

Québec (3)

Después de noches alegres.. ya sabemos lo que viene. Dicho muy utilizado sobre todo por las madres cuando te levantas de resaca al día siguiente de haber salido de fiesta.. Con una resaca elegante y encima habiendo dormido poco nos dirigimos a primera hora de la mañana del domingo a realizar una serie de actividades que prometían ser muy divertidas a la vez que interesantes. Ibamos a andar en trineo tirado por Huskys y luego andar con raquetas por todo el valle nevado.

Después de un buen desayuno, una corta cabezadita en lo que duró el viaje y mucha agua llegamos a nuestro destino en mejores condiciones. Hacía un día estupendo. Sol radiante. Paquetón de nieve del temporal que había habido los días anteriores y una mañana más que fresca. No éramos conscientes de que en cuestión de minutos íbamos a vivir una de las experiencias más especiales de lo vivido hasta el momento. ¡¡Íbamos a hacer una excursión en trineo tirado de Huskeys!! Gorro bien atado, las gafas puestas, unas buenas botas y una cazadora gorda y la videocámara con la batería bien cargada. Todo ello para poder disfrutar de una mañana de domingo de resaca en un trineo tirado por Huskys. Qué surrealista la situación.


Después de recibir las explicaciones pertinentes del guía de cómo dirigir el trineo. La verdad que bastante interesante la actitud de los caninos. Digamos que si eres un mal conductor, o si les animas si ni siquiera han hecho esfuerzo o por el contrario ni les ayudas o ni les dejas descansar..pasan de tí por completo y se ríen de tí. ¡Cazan a los incompetentes enseguida! La excursión como digo se presentaba más que divertida. El problema fue que había un manton de nieve increible, lo que provocó que los Huskys no podían tirar muy bien del trineo, se cansaban muchísimo porque se frenaba bastante y no podías ir muy rápido. A pesar de eso, la experiencia fue increible. Eso sí, si hay una próxima, espero que no sea de resaca. En cuanto a caminar con raquetas, deciros que era una sensación muy extraña. Seguro que más de uno de los que leéis estas lineas lo habéis realizado alguna vez. Puedes andar sobre manto de nieve virgen sin apenas hundirte, cosa que sin raquetas sería practicamente misión imposible.


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