Ha pasado más de la mitad del tiempo desde que comenzó todo este sueño ayá por el 2 de enero. Estamos a mediados de marzo y después de unas intensas vacaciones las visitas han comenzado. En este turno, mi amigo B. Muñoz, se ha unido provisionalmente a la aventura canadiense. Después de unos pequeños problemas con la operadora del vuelo teniendo que retrasar la visita un día, el pasado miércoles llegó puntual y sin problemas al aeropuerto de Montréal.
La verdad que se agradece recibir visitas. Más que nada porque todo esto que estoy viviendo y sobre todo la ciudad en la que me encuentro es increible. Es una buena ocasión para poder trasladar todas estas experiencias a todos aquéllos que vengan a visitarme. Con la agenda llena de actividades a realizar y la ilusión de mostrar "mis txokos" favoritos y más especiales, se nos presentan unos días intensos. Todo acompañado de mis inigualables compañeros de aventura para facilitar la tarea o hacerla todavía más, si cabe, irrepetible..
Debido a la cercanía de una de las ciudades más impactantes y con más actividades del mundo (si no es la que más); la visita se nos presentaba obligada. Sí sí. Hablo de New York, hemos decidido pasar 5 días que la verdad han sido increibles. Al contrario que Beñat, era la primera vez que estaba en New York y la verdad que es una ciudad que engancha. Una película que nunca deja de rodarse. Calles que no acaban, personas de todas las culturas, teatros, musicales, conciertazos, deportes, museos, glamour, pobreza, autenticidad, contrastes, edificios que dan dolor de cuello mirarlos, historia pasada y presente, tiendas y lo más llamativo que la gente comenta; si no está en New York, no está en el mundo.. La experiencia os aseguro que ha sido magnífica.
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